Este texto invita a mirar de frente un tema difícil: la pérdida, el dolor y la importancia de la salud mental. Habla de la ausencia y la culpa que deja, pero también de la valentía de quienes atraviesan momentos oscuros. Recuerda que pedir ayuda no es debilidad, sino un acto de coraje, y que el acompañamiento sin juicios puede marcar la diferencia. Un recordatorio de que nadie está solo/a, de que cada vida y cada historia tienen valor, y de que siempre hay manos dispuestas a

Culiacán se vistió de blanco. No fue una marcha de rutina ni un acto simbólico vacío: fue la reiterada exigencia al gobierno, tanto estatal como federal, de que reconozca la violencia persistente, dejándola de minimizar y se responda.

Entre el cansancio y la tristeza hay territorios difusos. A veces no sabemos qué sentimos, sólo que la vida pesa un poco más. Este texto habita esos momentos en los que las emociones se mezclan porque la vida se vuelve cuesta arriba sin una razón clara. Y nos recuerda que sentirnos así también es parte del camino.